Antonio Silio: nos visitó un grande


(Marzo de 2006)
Pasó desapercibido. Los medios, siempre atrás de un futbolista que haga desmanes en una discotreca de la costa esteña o de una modelo en toples ni se ocuparon de él. Ni siquiera fue noticia en los suplementos deportivos, donde con suerte, un suelto de ocho líneas, en una columna chiquita del costado de la penúltima página, lo mencionaba.
Tiene ya cuarenta años y nació en Entre Ríos, Argentina. Vive en España hace años donde lo llevó a radicarse el desinterés que este país tiene por todo deporte que no sea fútbol, tenis o básquet. Vino a visitar la familia y no resistió la tentación. Se calzó las zapatillas de carrera, como cuando era número uno y se largó a competir. Puedo imaginar lo que sentía mientras se ataba los cordones o se hidrataba charlando con quienes lo miraban como a un monumento viviente. Tantas cosas debían pasar por su cabeza: cuando hacía lo mismo pero se jugaba todo, no como ahora que es para divertir y divertirse.
De haberme enterado yo hubiera viajado a 25 de Mayo, un pueblo perdido en el interior remoto de la gran llanura argentina, donde tuvo lugar la carrera. Hubiera ido a verlo correr, a conocerlo, a apreciar con mis ojos la belleza de su cuerpo gallardo en movimiento. El hombre que en 1992 (1.00.40) fue subcampeón mundial de media maratón en Inglaterra (perdió contra Sebastián Coe, uno de los mejores corredores del mundo en esos años). El hombre que en 1995 clavó el que al día de hoy sigue siendo el mejor tiempo argentino en maratón (2.09.57). Fue récord sudamericano de 5 mil (13.19.64 en 1991) y 10 mil (27.38.72 en 1994) tiempos que no han sido superados todavía en el continente. También conserva aún el récord argentino de 3 mil (7.50.15 en 1990) y media maratón. En resumen tiene todos los récords argentinos de todas las distancias comprendidas entre 3 mil metros y maratón.
Se llama Antonio Silio, y aunque la gilada no lo conoce, es uno de los diez mejores atletas argentinos de todos los tiempos.
Bienvenido a casa Antonio, pena que el país no supo darte el recibimiento que merecés. Pero así somos, Vilas debió esperar treinta años para ser indiscutido.
El sábado parto a Barcelona a correr los 42 kms. por décimo quinta vez el próximo domingo 26 de marzo. Llevaré en mis hombros los nombres y el recuerdo de tipos como Antonio Silio, Osvaldo Suarez, Luis Migueles, Juan Carlos Zabala (votado por sus colegas el mejor atleta argentino de todos los tiempos, es al día de hoy la medalla olímpica dorada en maratón de menor edad), Delfo Cabrera (nuestra segunda y última medalla dorada en maratón olímpica, luego vino la debacle, y esto sea dicho con todo respeto por ese otro grande que es Oscar Cortinez) y tantos otros. Quizás ellos me ayuden.

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