Zizou


(Francia derrota a Brasil y lo elimina de la copa del mundo de Alemania, julio de 2006)

Épica jornada la del sábado. Empezó con el ingreso en la historia de Ricardo, el arquero portugués, que una vez más, como había hecho en la Eurocopa, se atajó todo. De cuatro penales, tapó tres y medio (digo y medio porque en el que le hicieron alcanzó a tocarla). Y habitualmente decimos que un arquero ataja un penal cuando el delantero manda el remate afuera o al palo. Es cierto en un lenguaje extensivo, porque el gol al arquero no se lo hicieron, pero no la tapó con las manos o el cuerpo. Lo que ocurre en esos casos es que el delantero erró y nada más. No fue el caso. Los tres que se atajó Enrique iban adentro y fuertes. Descuento que muy pronto habrá plaza, avenida y estadio de fútbol en Lisboa con su nombre.
Y luego el partido esperado del día, Brasil contra Francia. Que conste en actas que, a diferencia de lo que para mi pesar hacen muchos argentinos, yo no disfruto de la derrota brasileña. Me unen demasiados afectos a los brasileños y hasta al suelo y la tierra de ese país que tanto he viajado y andado como para ello. Ni siquiera disfrutaría de una derrota brasileña ante nosotros. Sí, claro, disfrutaría de nuestro triunfo que es algo diferente. Ayer disfruté y mucho de la victoria francesa. Porque le haba prometido a Bárbara "hinchar" por Francia como ella lo había hecho por Argentina en el partido que perdimos con Alemania.
Y porque, como Borges que dijo una vez "un caballero solo puede apoyar causas perdidas", yo estoy siempre con los chicos, los que entran de punto y no de banca, como fueron tanto Portugal como Francia el sábado. Porque adoro el fútbol de Zidane, de quien Victor Hugo -el mejor relator de fútbol de todos los tiempos y de todas las latitudes- dijo "los grandes futbolistas juegan maravillosamente bien con la pelota. Zidane lo hace también con la cabeza" Organiza, lleva marcas, lidera, saca su varita de mago y crea. Y acrecienta mi simpatía por el equipo francés el hecho de que este lleno de veteranos. Muchos nos dan a los deportistas veteranos por desubicados, piensan que deberíamos retirarnos, hacer otra cosa. Nunca olvidaré la frase de una de mis hermanas que una vez me espetó "¿Nunca pensaste en dedicarte a algo más propio de tu edad?". Se refería a mis maratones, claro.
Zidane le mostró al mundo lo que un grupo de veteranos de elite puede conseguir. Hay una media docena de jugadores de más de treinta años. Parecen el equipo "Dedalos" de aquella película en que Clean Eastwood y otros tres cincuentones salvan a la Nasa de un bochorno.
El gran Zizou estuvo a punto de irse del mundial expulsado en un partido, sin poder jugar el que podía haber sido el último de Francia en Alemania, por la puerta chica, en resumen. Hubiera sido increíblemente injusto y felizmente no fue. Sea cual sea el resultado con Portugal y eventualmente la final, Zizou ya se retira a la altura de su notable carrera. La pelota que le dejó a Henry viendo que podía entrar solo hasta ella da muestra de la vigencia de su cabeza. La forma en que corrió todo el partido, de la de su cuerpo. Francia es ya el único país en la historia en haber echado tres veces a Brasil de un mundial.
Dos batallas mas, viejo guerrero, solo dos e ingresarás a lo mas profundo del imaginario colectivo francés, allí donde el alma gala solo ha permitido entrar a Jeanne D´Arc y a Bonaparte. Dos batallas más y tendrás tu propio Austerlitz, sin Waterloo posible debido al retiro ya anunciado. Y apenas cinco días antes de la fiesta nacional francesa.
Dos batallas mas y si hay justicia en el Hexágono, y no dudo que la habrá, el día Dios quiera que lejano en que entres en la inmortalidad, tu osamenta descansará junto a Curie, Moulin, Hugo, Malraux, Dumas y otro pequeño puñado de selectos e inolvidables compatriotas tuyos, en aquel edificio del Barrio Latino que no por azar dice en su frente "aux grands hommes, la patrie reconnaissante" donde solo tienen derecho a descansar los mejores hijos de Francia.

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